Baños municipales de Pharo

Muchos comentarios nostálgicos acompañaron esta publicación. Para Anne fueron los años felices” Primero comenzó la aventura. piedras planas con el gigante el sueño! Y luego los baños municipales toda mi juventud, las madres, las niñas con sus trajes de baño saliendo de las cabañas, y en lo alto Louis Kayed el dueño del lugar, los jóvenes tontos saltando desde lo alto del edificio! ¿Quién quiere un poco de protector solar? Hola Nueve! Hola Ángela! ¿Y ella vendrá? ¡Sí, vendrían todo el Hôtel Dieu y el Ayuntamiento, los jóvenes de Le Panier y del Vieux Port! Vacaciones en el corazón de Marsella ». Para Monique fue “ los buenos tiempos de la infancia! la limonada y las patatas fritas que tomamos en el bar con mamá y el camino de regreso a la rue de la Joliette… ¡estábamos agotados pero muy felices!“. Para Jaqueline” Inolvidable, este lugar donde estuvimos con amigos y amigas donde pasamos momentos maravillosos”. Para Francisco “También había un edificio sobre pilotes con su bar y la azotea solarium, en cuanto al malecón... servía de muelle para los barcos de pescadores que nos llevaban a través del antiguo puerto para ir a la playa. » Para Gerard “ Fue toda mi juventud en los años 60 con toda la pandilla de la Place Lenche y de la Rue Caisserie, mis primeras prometidas”.

De acuerdo con Profesor Georges François" no lejos de allí, en la cala Pharo, se encontraba el primer establecimiento balneario de Marsella, uno de los primeros de Francia; se debe a la iniciativa de un médico, el doctor Giraudy. Originario de Bouyons, en el Var, Jean Baptiste Giraudy fue un antiguo cirujano de los ejércitos del Rey que se instaló en Marsella en 1782. En 1818 instaló en la cala del Pharo un gran barco en el que los enfermos podían beneficiarse de baños de mar frío o caliente. . Rápidamente tuvo que abandonar el experimento porque la mayoría de los participantes sufrían mareos, por lo que presentó una solicitud para instalar su establecimiento en tierra, todavía en la cala de Pharo. El prefecto interrogó entonces a la Real Sociedad de Medicina de Marsella, que emitió un dictamen favorable. Lamentablemente, la zona elegida por el doctor Giraudy es pantanosa, abierta a los vientos del norte e invadida por algas. El funcionamiento del establecimiento cesará rápidamente.".